sábado, 15 de marzo de 2008

UGT Y CC.OO. DENUNCIAN A LA DIRECCIÓN DEL AEROPUERTO DE PALMA POR NO DISPONER DE PERSONAL PREPARADO PARA USAR DESFIBRILADORES EN CASOS CRÍTICOS

9 personas han fallecido en el último año en Son San Juan por paro cardíaco

Los sindicatos UGT y CC.OO. han denunciado la desidia de que hace gala la actual dirección del aeropuerto de Palma en cuanto a disponer de personal formado para manejar los siete desfibriladores instalados en la nueva Terminal, para salvar la vida a personas que sufran infarto sobrevenido por fibrilaciones auriculares graves.

En 2004, la anterior dirección dispuso la habilitación de siete Puntos de Soporte Vital, conectados a la red multiservicio de datos de la Terminal aeroportuaria. Cada punto está compuesto de desfibrilador semiautomático y un equipo de oxigenoterapia. Con ello, el aeropuerto pretendía aumentar la calidad asistencial de las urgencias médicas en general y la parada cardiorrespiratoria en particular, con la finalidad de disminuir el factor tiempo, decisivo a la hora de realizarse una reanimación cardiopulmonar. Y, al mismo tiempo, situarse entre los grandes aeropuertos europeos que disponen de estos recursos, cuando aún El Prat o Barajas no los tenían instalados.

Aunque el uso del desfibrilador y del equipo de oxígeno solo puede ser realizado por personal cualificado (médicos, ATS, DUE y socorristas con la debida formación), la colaboración del personal que trabaja en el aeropuerto es inestimable, personal para el que no se ha implementado la formación necesaria (trabajadores de AENA, Guardia Civil, Policía Nacional y Vigilantes de Seguridad).

Ambos sindicatos lamentan que, en el último año, nueve personas fallecieran por parada cardiaca en las instalaciones aeroportuarias, desconociendo si pudo influir en estas muertes la falta de formación del personal que trabaja en aquellas.

UGT y CC.OO. acusan a la actual dirección de desmantelar el HUPA (Hospital de Urgencias de Primeros Auxilios), de no adquirir otra Ambulancia-UVI (sólo hay una), y de no preocuparse por la formación a los trabajadores para utilizar los desfibriladores. Y eso en un aeropuerto por el que transitan 23 millones de pasajeros y trabajan 11.000 personas.


GABINETE DE COMUNICACIÓN FSP-UGT ILLES BALEARS